lunes, 18 de abril de 2016

Coctelera politicomediática.



La mayoría de los personajes públicos se hunden en la nadería insustancial, burbujean efímeros y estallan, o se esfuman cenicientos sin dejar huella. Nos faltan los viejos líderes clásico-modernos con sus grandes relatos.


En España, el liderazgo de Suárez fue amable, familiar, bondadoso, pero no grande, ni innovador, ni creativo. Los siguientes líderes, desde una perspectiva partidista periclitada, fueron González para unos y Aznar para otros.


Pero hace años que carecemos de verdaderos líderes, y, sin embargo, nunca los hemos necesitado tanto.


Los tiempos sencillos han pasado. Aquellos años de transición descuidada y acomodaticia, aquella espuma alegre y frágil tenía que acabar como acabó: burbujeando, inflamándose y explotando.


En aquel contexto de narcisismo social era comprensible que ciertos personajes afectados por la misma dolencia expandieran desmesuradamente sus egos hasta acabar seduciendo al público ensimismado por sus brillos. No es extraño que algunos lo echen de menos y quieran regresar al pasado.


Pero la verdadera fuerza que necesitamos no es la de un líder burbuja con un ego inflamado, sino la de aquellos clásicos-modernos que ostentan las virtudes griegas por excelencia, el conócete bien a ti mismo y no hagas nada en exceso. Dos derivaciones de estas virtudes son el amor por la bondad y la sabiduría, y la capacidad de elegir, libre e inteligentemente, que son dos de las más necesarias en el momento actual.



Esas virtudes nunca saldrán de líderes narcisistas posmodernos, sino de la energía de políticos fuertes, valientes, éticos, capaces de confrontar las adversidades, incertidumbres y riesgos del liderazgo político.



Resumen del apartado "la coctelera politicomediática" del artículo: http://www.huffingtonpost.es/jesus-j-de-la-gandara/la-burbuja-narcisista-y-l_b_3364561.html




No hay comentarios:

Publicar un comentario